La Escuela Universitaria de Osuna acogió la pasada semana la presentación de los resultados de un proyecto de investigación que, bajo el nombre de “La construcción de la democracia en el mundo rural andaluz (1973-1982)”, pretende valorar cómo fue y cómo se vivió el proceso de la transición a la democracia en los municipios y pequeñas localidades de Andalucía, ha informado en nota de prensa el Ayuntamiento ursaonense.
El acto, que estuvo presidido por la alcaldesa de Osuna, Rosario Andújar, acompañada por Carmen Mejías, directora del Centro de Estudios Andaluces de la Junta de Andalucía, entidad que financia el proyecto, contó también con la presencia de dos de sus máximos exponentes: por un lado, el director de este estudio, el profesor de la Universidad de Jaén Francisco Acosta, y por otro, Antonio Herrera, profesor de la Universidad Pablo de Olavide en Sevilla.
En su exposición, tanto la alcaldesa de Osuna como la directora del Centro de Estudios Andaluces coincidieron en destacar la importancia y el valor que, para el proceso de la transición democrática, tuvieron los pueblos de Andalucía, «por cuanto que fueron zonas que padecieron momentos tan agrios, o más incluso, que las propias ciudades, de ahí que esa concienciación del valor que supuso el camino hacia la democracia sea incluso mayor. Un compromiso social que, de no haber existido, hubiera hecho más lento y más débil ese proceso de cambio», explica el Consistorio ursaonés.
Por su parte, Francisco Acosta defendió a la institución universitaria como espacio que cumple la función de enseñar, pero también como lugar que desempeña también una función social como es la investigación, entendida como generación de conocimientos e ideas.
«Al hilo de esta idea, Acosta no quiso pasar por alto la situación que se está viviendo en el campo de la enseñanza y de la educación con las decisiones políticas que se están tomando, de las que ha comentado “que de seguir por este rumbo, las consecuencias para la educación serán devastadoras en cuanto a pérdida de calidad y de servicios. Efectos que también se producirán en la investigación, más aún cuando la dedicación del Producto Interior Bruto (PIB) que se dedica en la actualidad a la enseñanza y a la educación es ya inferior al de otros países con los que habitualmente nos queremos comparar”, indica la nota de prensa municipal.
A pesar de todo, el profesor sigue apostando por la investigación porque “cumple una función social para la sociedad.”
En cuanto al estudio en sí se refiere, ambos profesores pusieron de manifiesto que el objetivo del mismo ha sido poner sobre la mesa que, además de la Transición conocida tal y como ha sido narrado por los medios o por los propios manuales de Historia Contemporánea, con todos sus hitos y mitos, existe “otra transición” menos conocida y que rompe con los tópicos de la historia de Andalucía.
Unos tópicos que señalaban a las zonas rurales como espacios poco dinámicos en este proceso de cambio. Una perspectiva que este estudio considera errónea y que argumenta poniendo en valor el compromiso adquirido por los agentes sociales (partidos políticos y sindicatos) y no sociales (asociaciones de vecinos, clubes, particulares) para sumarse a este cambio como cualquier municipio o gran ciudad más.
El alto porcentaje de participación en las distintas elecciones municipales en el período analizado, la modernización de la agricultura, la industrialización o el desarrollo del sector servicios, la participación activa en manifestación y concentraciones que se dieron en los municipios –como fue el caso de Osuna, que ha servido como referente de análisis para este estudio- son algunos de los claros ejemplos de ese compromiso de las zonas rurales con el proceso de cambio hacia la democracia. «Un compromiso que, de no haber sido así, no hubiera dado como resultado ese cambio pacífico hacia el estado democrático que hoy disponemos», concluye el Consistorio en su comunicado.