Se llama Manuel, tiene 13 años, vive en Pedrera y es autista. Tiene edad para estudiar en el instituto de la localidad pero, sin embargo, a día de hoy, 14 de noviembre, permanece en su casa sin poder asistir a clase por falta de recursos adaptados a su discapacidad en el mencionado centro educativo, según ha denunciado ADIFAS, la Asociación de Disminuidos Psíquicos, Físicos y Sensoriales, Familiares y Simpatizantes de Pedrera, una denuncia de la que se ha hecho eco el Ayuntamiento de la localidad, así como varios medios de comunicación a nivel provincial.
La asociación ADIFAS, cuyo presidente es Pedro Humanes Lobato, culpa a la Delegación Provincial de Educación de la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía ya que, a su juicio, es esta delegación la que «no quiere poner los recursos
necesarios en el IES para poder atender las necesidades de este joven, desatendiendo todos los informes y recomendaciones de los técnicos de los centros educativos locales. Este alumno, que tenía que haber comenzado las clases en el instituto como todos sus compañeros, se ve obligado a quedarse en su casa, ya que la Delegación de Educación de Sevilla no quiere atender sus necesidades educativas.»
Su padre, José Luis Lobato, explicó a ABC de Sevilla en relación a este asunto que su hijo, «aquejado de trastorno autista, hasta el año pasado estuvo escolarizado en el colegio público Tartessos de Pedrea, repartiendo parte del tiempo con sus compañeros de curso y el resto en un aula específica, además de recibir clases de terapia y logopedia en asociaciones privadas», lo que ha favorecido que el niño esté progresando «de forma notable» en sus habilidades sociales y comunicativas.
Sin embargo, el problema se ha planteado al finalizar la etapa de escolarización en el colegio y el paso del menor este curso al instituto para continuar sus estudios de Secundaria. El padre del joven indicó a ABC que «la recomendación unánime que tenemos de todos los técnicos que trabajan con el niño, tanto de los públicos como de los privados, es que pase también al instituto para seguir con su aula de referencia, pero con los mismos recursos de los que disponía en el colegio», una situación que, en cambio, no se da, por lo que los padres del menor están dispuestos a seguir sin escolarizar a su hijo hasta contar con esas garantías.
La Delegación Territorial de Educación ha dado, no obstante, una solución intermedia a estos padres, ofreciéndoles «que su hijo esté parte del tiempo en el colegio con el recurso del aula específica, y otra parte en el instituto con sus compañeros», publicó ABC, pero se trata de una medida que no ha satisfecho a los progenitores del niño. «A los evidentes problemas de agenda entre los dos centros, hay que sumar los derivados del desplazamiento diario, pues distan unos 2 kilómetros un centro de otro, aparte de que existen leyes que garantizan que todos los alumnos, sin distinción, tienen derecho a recibir la educación que necesiten con los recursos que sean necesarios», ha argumentado José Luis Lobato, que también ha presentado una queja al Defensor del Pueblo Andaluz.
Esta semana, ADIFAS ha vuelto a emitir una nota de prensa recordando que, pese a que el curso escolar en Secundaria lleva ya casi dos meses iniciado, Manuel Lobato sigue sin escolarizar, debido a que «incomprensiblemente, la Delegación de Educación se niega a admitirlo en Secundaria, en un claro caso de discriminación por parte de sus servicios de Atención a la Discapacidad.»
Con respecto a la solución dada por la Junta de Andalucía, ADIFAS señala que es una medida «totalmente inviable, dadas las características de este alumno, contando con que ambos centros distan un kilómetro y medio, trayecto que el niño tendría que hacer en horario escolar y andando.» La Asociación de Disminuidos Psíquicos, Físicos y Sensoriales, Familiares y Simpatizantes de Pedrera, que califica de «discriminatoria e irresponsable» la actitud de la Consejería de Educación para con este menor pedrereño, acusa a los responsables de la delegación territorial de Educación en Sevilla de mantener una «actitud vergonzosa, que por ahorrarse los recursos educativos que necesita este alumno, son capaces de proponer soluciones como la que han propuesto a sus padres.»
Por su parte, fuentes de la Delegación de Educación, reiteraron al periódico ABC «que se le ha ofrecido a la familia la solución mixta citada y que el niño puede seguir en el aula específica del colegio hasta los 16 años, pues se trata de un recurso que no depende de una ubicación precisa.»