La parroquia de Santa María y San Sebastián de Estepa solicita la colaboración de los vecinos de la localidad para que aquellos que posean una vivienda vacía, bien sin uso o bien que normalmente tengan en alquiler, y deseen colaborar durante un tiempo indefinido con los ucranianos desplazados, puedan cederla temporalmente para acoger a familias procedentes de aquel país. Así lo ha comunicado en la tarde de hoy su párroco, Ginés González, al término de la misa de las 8 de la tarde en la iglesia de la Asunción. Aunque aún no es seguro que vengan familias desde Ucrania a Estepa, la comunidad parroquial estepeña se está moviendo ya en la búsqueda de viviendas, a fin de que se encuentren disponibles en el caso de que varias familias de Ucrania quieran venir a Estepa. Esta posibilidad encontrará respuesta a partir del próximo 2 de abril, cuando ya se sabrá con mayor seguridad si finalmente Estepa es destino de algunos refugiados ucranianos.
Ginés González ha explicado que, a priori, hay menos solicitudes de desplazamiento a nuestro territorio que a otros países o regiones debido a la lejanía de España y, más concretamente, Andalucía, de Ucrania. Teniendo en cuenta que el desplazamientos de estas familias es temporal, pues todos desean volver a su país cuando la invasión de Rusia acabe, ha explicado el sacerdote, es lógico que las familias ucranianas prefieran quedarse en países más cercanos geográfica y culturalmente al suyo. No obstante, cabe la posibilidad de que Estepa acoja a varias familias a las que no les importe trasladarse un poco más lejos. En este sentido, el párroco hizo hincapié en que será un acogimiento comunitario; esto es, de una comunidad de ucranianos, es decir, de varias familias, no una sola, lo que ayudaría a paliar el «desarraigo y el miedo» que sufren los desplazados ucranianos, ha indicado el sacerdote.
«No estamos hablando de personas pobres, sino de personas que llevaban una vida normalizada, con sus trabajos, sus hijos en el colegio, como cualquiera de nosotros», ha hecho hincapié Ginés González, lo que supone que son personas que no deseean vivir de la caridad, sino sentirse útiles y ganarse la vida. Dicho esto, no se sabe el tiempo que podrían permanecer en nuestros pueblos, pues dependerá de lo que dure el conflicto, de ahí que se solicite la colaboración de personas que posean más de una vivienda y la tengan vacía y, la suelan alquilar o no, estén dispuestos a cederla por un tiempo para acoger a familias con entre cuatro y ocho miembros aproximadamente, «pues no suelen moverse dos personas solas sino tal vez una abuela con sus dos hijas y éstas, a su vez, con varios hijos a su cargo», ha señalado González.
El párroco estepeño también ha informado de que Cáritas Parroquial de Estepa se haría cargo de su manutención, puesto que las familias refugiadas traen su dinero pero éste tiene en España menos valor por el coste de la vida, y se les puede agotar pronto. Asimismo, ha solicitado a los fieles presentes en la misa que compartan esta información con sus conocidos y familiares, a fin de tener disponible alguna vivienda llegado el momento de traer refugiados a Estepa. Aunque ya se cuenta con un par de casas, ha indicado, serían necesarias algunas viviendas más, haciendo hincapié en que se encuentren vacías. No se trata de acoger a los refugiados en las propias viviendas de los estepeños, porque no se sabe el tiempo que el conflicto se pueda alargar, sino que es preferible que las familias ucranianas dispongan de casas que compartan sólo con su propio núcleo familiar o, en todo caso, con otras familias venidas del país invadido por Rusia.