El pasado lunes salieron a la luz en Herrera varios nuevos socavones en la zona del municipio donde en el año 2000 se construyó una urbanización conocida como Prograsa, un incidente que, a juicio del concejal de Obras del Ayuntamiento herrereño, Francisco Juárez, se ha producido «por haberse rellenado con material defectuoso» en su día el suelo de esta urbanización que «se ejecutó sobre la superficie que años atrás fue sede de la fábrica de aceite conocida como Prograsa», informó en nota de prensa el Ayuntamiento de Herrera.
En declaraciones a SER Andalucía Centro, el primer edil herrereño, Jorge Muriel, indicó que se trata de un hecho «muy grave» pero que los servicios municipales ya están trabajando en su arreglo, y añadió que los nuevos huecos han aparecido en la zona que se destina al esparcimiento de niños y mayores incluida en la urbanización, algo ahora imposible dada la magnitud de los socavones aparecidos.
Por su parte, Juárez ha recordado que el primer agujero se descubrió a finales de 2012 y que en un primer momento se pensó que se trataba de un simple hundimiento de tierra, si bien se comprobó de momento que aquello «era algo más». Aquel primer socavón tenía entre 5 y 6 metros de largo, 4 metros de ancho y unos 6 metros de profundidad.
En opinión del concejal municipal de Obras, estos hundimientos podrían haberse evitado si se hubieran seguido en su día «las pautas que hay tomar cuando se pone en marcha un proyecto de esta envergadura. Y en este caso concreto, aún con más motivo, teniendo en cuenta que lo anterior a esta urbanización era una fábrica, por todo el pueblo conocida, donde había trujales, vertido de líquidos y otras materias de riesgo.»
Juárez ha apuntado, asimismo, que «otro factor negativo ha sido la utilización de escombros como relleno de los depósitos, ya que con las aguas de las lluvias filtradas, esto ha provocado el lavado de éstos, produciendo oquedades, que fueron lo primero que aparecieron», por lo que a su juicio, «las actuaciones realizadas en este punto no fueron acertadas.»
En cuanto a la peligrosidad de los gases y líquidos aparecidos, el delegado municipal de Obras ha informado que el Ayuntamiento de Herrera recibió en diciembre un informe de los bomberos de Diputación basado en muestras tomadas en la zona y que, a grandes rasgos, indicó que “una vez analizados éstos efluvios no reflejan peligro de explosión o riesgo de incendio”, si bien el mismo servicio de Diputación hizo hincapié en que «ellos no tienen medios para valorar la posible toxicidad» de los gases aparecidos.
Posteriormente, el Ayuntamiento trasladó esta petición a la Delegación de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía y, según el concejal, «tras un considerable tiempo transcurrido no hemos recibido informe alguno. Ése es el motivo por el que hemos decidido tomar seriamente cartas en este asunto, continuando con las catas en la parte baja de esta urbanización.»
Francisco Juárez mostró también el alivio del Ayuntamiento ante el hecho de que ninguna persona se encontrara en la zona en el momento del hundimiento, por lo que tras la aparición del primer agujero, el Consistorio tomó la medida de acordonar la zona y evitar así posibles caídas, «así como conseguir un distanciamiento considerable de los viandantes para evitar la inhalación de estos gases.» Asimismo, añadió que no hay riesgo de que el perímetro del primer socavón aumente, porque «tras las catas realizadas esta zona de albero, que coincide con la parte baja de la urbanización, la posibilidad de riesgo está cubierta.»
Los socavones aparecidos el pasado lunes tienen las mismas deficiencias que el descubierto a finales del año 2012. Para el arreglo del primer agujero, el Ayuntamiento presupuestó una partida de 6.000 euros, «que es lo que ha costado rellenarlo», ha dicho Juárez, que añadió que la inversión económica para el arreglo de los nuevos hundimientos será de alrededor de 12.000 euros.
Tanto el alcalde de Herrera como el concejal de Obras han expresado su deseo de que en unos diez días esté solucionado el problema y entre de nuevo en funcionamiento el parque contiguo a las viviendas donde han aparecido los agujeros.
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