Su sepelio ha sido esta mañana, a las 10 horas, en la parroquia de Santiago El Mayor de Herrera, y el Ayuntamiento de la localidad se ha sumado a las numerosas muestras de condolencia que está recibiendo la familia del que, hoy por hoy, estaba considerado como el decano de los cantaores sevillanos.
Herrera tiene una interesante historia flamenca y ha sido cuna de otros muchos cantaores, como Manuel Favores, Manuel «el Guerra», Pedro «el de la Timotea» y Juan el Beato, además de un guitarrista, Morenito de Herrera, que llegó a ser acompañante de El Niño de Marchena. La peña flamenca de Herrera lleva su nombre. Además, el cantaor ayer fallecido cantó en numerosas ocasiones en el festival flamenco anual de su pueblo.
«El Monino» se confesaba admirador de Vallejo y Marchena, dos de sus ídolos, y fue sobrino del dueño del único local flamenco que existió en la comarca en las primeras décadas del siglo veinte, el Salón Manuel Arjona. Según explicó el propio Monino a El Correo de Andalucía, “por aquí pasaron todos los más grandes, desde la Niña de los Peines hasta Pepe Pinto, pasando por Marchena, Pepe Palanca, el Niño de la Huerta, Canalejas y Tomás Pavón”.
Él, por su parte, cantó por primera vez ante el público en Osuna, y pese a sus sobradas cualidades para el cante jondo, su principal actividad no fue la de cantaor flamenco sino que fue trabajador del Ministerio de Defensa desde 1949 hasta su jubilación, aunque siempre combinó esta actividad profesional con el cante jondo, como él mismo manifestó hace dos años en el reportaje que sobre su persona publicó el decano de la prensa sevillana.