Dice el refrán que «Por San Blas, la cigüeña verás». Pero en Estepa, lo que se ve todos los 3 de febrero, día de San Blas, son muchos niños con las tradicionales roscas y hornazos de pan y las medallitas de San Blas que los mayores le colgarán al cuello con cintas de diversos colores pidiendo el favor del santo para el niño, como las que muestra la fotografía.
De hecho, hasta los centros escolares del municipio contemplan entre sus actividades seguir con esta tradición, de manera que aquellos escolares de Educación Infantil cuyos padres lo deseen irán mañana viernes a la parroquia de San Sebastián en el caso del CEIP Santa Teresa y a la Iglesia de Los Remedios en el caso del CEIP Los Remedios a bendecir sus roscas de pan, que habrán tenido que comprar previamente.
En ambos templos, serán recibidos por su sacerdote, y se procederá a la bendición del pan que, posteriormente, los niños se desayunarán de vuelta al colegio. Esta actividad está programada para los alumnos de tres, cuatro y cinco años, aunque fuera del centro escolar, cualquier menor estepeño que lo desee podrá disfrutar del día de San Blas con su rosca de pan y su medalla, así como con el típico hornazo, un pan que se mete al horno con un huevo que se cuece al tiempo del pan y que sorprende por su extraordinario sabor.